Los veinticinco años del Hospital Costa del Sol



El miércoles 29 de diciembre de 1993, el Hospital Costa del Sol abrió sus puertas por primera vez. La verdad es que la fecha prevista era el día siguiente, pero ocurrió que, mientras se ultimaban los preparativos, una mujer embarazada y un hombre entraron al hospital en busca de ayuda.
El hospital se puso en funcionamiento de forma inmediata, por lo que la asistencia a ese parto fue realmente la inauguración. Nació una niña a la que  le pusieron de nombre Nuria.
Traer al mundo una nueva vida fue un comienzo especial y, de alguna forma, ha terminado siendo un símbolo  en  la historia del hospital.
La construcción de un hospital público en la Costa del Sol no fue un hecho aislado, sino que fue uno de los dieciocho nuevos hospitales que se fueron abriendo en Andalucía desde 1990 para sumarse a los veintiocho  transferidos por el gobierno central. Se trataba de una apuesta institucional para extender por todo el territorio una red, tanto de atención primaria como hospitalaria, que pudiera mejorar la asistencia sanitaria de toda la sociedad. En 1986 se había aprobado la Ley General de Sanidad del ministro Ernest Lluch, que daba acceso universal a unos servicios sanitarios financiados con los impuestos.
En este contexto, el Hospital Costa del Sol surgió como un proyecto que buscaba nuevas formas de gestión más flexibles, más autónomas y más eficientes, es decir, que consiguieran los mejores resultados clínicos posibles con los recursos públicos disponibles.  Se configuró, pues,  bajo la forma de empresa pública, una importante novedad en el mundo hospitalario tanto en nuestra comunidad como en el resto del país.
La forma de empresa pública le ha dado al hospital ciertas peculiaridades. Las relaciones laborales se rigen por el Estatuto de los Trabajadores en lugar de por el Estatuto Marco como en los centros sanitarios tradicionales, con lo que las condiciones laborales son fruto del convenio colectivo pactado entre las organizaciones sindicales y la dirección, aunque también le es de aplicación la normativa para empleados públicos que se va generando. 
El sistema de selección es propio y, como cualquier organismo público, tiene la obligación legal de salvaguardar los principios de igualdad, mérito y capacidad.
Su gestión se rige por el derecho administrativo, aunque la forma de contabilizar las distintas operaciones económicas es de tipo empresarial, es decir, un balance y cuentas de  ingresos y gastos.
Esto a menudo ha dado lugar a  equívocos y muchas veces se ha dicho que  el hospital es privado o es de gestión privada. Pero cada año, la Ley de Presupuestos de la Junta de Andalucía recoge y publica la cuantía económica destinada a sufragar los gastos de los pacientes atendidos en el hospital, por lo que su financiación es totalmente pública, igual que lo son sus trabajadores.
De cualquier forma, su singularidad quizás haya contribuido a que desde el primer día el hospital se impregnara de unas señas de identidad  que, a lo largo de los años,  se han ido enraizando en la cultura de los profesionales y que incluyen la vocación clara de querer ser un hospital excelente y el sentimiento de pertenencia.
Fue el primer hospital europeo en conseguir la acreditación por el sistema americano de calidad de la Joing Commision en el año 1999 y en el último año ha recibido numerosas distinciones, incluido el premio de Best in Class al mejor hospital a nivel nacional. Se podrían relatar muchas vicisitudes ocurridas a lo largo de este periodo. Logros y dificultades, alegrías y tristezas. Gente que se ha incorporado o se ha marchado. Miles de pacientes. Pero a pesar del paso del tiempo, el hospital  ha mantenido intacta la voluntad de querer ser una institución de referencia. 
En cuanto al sentimiento de pertenencia, que los trabajadores se sientan orgullosos de formar parte del Hospital Costa del Sol es un tesoro que hay que cuidar, porque un hospital es como un ser vivo,  complejo,  que late por el impulso que le dan el conjunto de sus profesionales, hombres y mujeres que cada día consiguen que el latido sea fuerte y vigoroso. 
En diciembre, Nuria también cumplirá veinticinco años y sin duda vive en una sociedad distinta de la que le vio nacer. Con nuevos retos, nuevas realidades. 
El hospital también vive en una sociedad distinta a la que había cuando atendió el primer parto. Y es que los hospitales han pasado a tener una importancia trascendental en la vida de las personas. Son las nuevas catedrales. Es algo que sobrepasa el diseño de los servicios sanitarios, es un fenómeno sociológico. El nacimiento de los hijos, el diagnóstico de enfermedades  que cambian de golpe las prioridades, el paso de la línea que separa la salud de la enfermedad, la incertidumbre previa a una intervención quirúrgica, los cuidados que se prestan en casos de fragilidad…, suponen momentos únicos, cruciales, que suceden cotidianamente en las plantas de hospitalización, en los quirófanos, en las urgencias, en las consultas.
Así que el plan para los próximos años es seguir trabajando para poder dar respuesta a los retos que nos plantea una sociedad cambiante. Y dar respuesta con los valores de un sistema sanitario público que permita destinar nuestros impuestos a  garantizar la  igualdad de acceso de todas las personas a una asistencia sanitaria de calidad. Nuestra razón de ser no es otra que  la salud de los pacientes. Y la salud es lo más preciado de cada uno de nosotros.

https://www.diariosur.es/opinion/veinticinco-anos-hospital-20181110211220-nt.html